En los cultos celebrados en honor a María Santísima de la Soledad, por la festividad de los Dolores Gloriosos de la Virgen, nuestra titular ha lucido el pecherín bordado a juego con la saya, restaurada y reestrenada el pasado Jueves Santo a manos de José Antonio Grande de León.
Hacia 1950 fue realizada esta pieza, probablemente por las monjas carmelitas del monasterio de San Pedro, siendo concebida entonces como una túnica completa, es decir, desde el cuello al suelo, pero que, con las modas, al incorporarse los pecherines de encajes o blondas, la parte bordada quedaba oculta. En consecuencia, la pieza fue recortada, desafortunadamente, para bajar los bordados a la altura del abdomen y que volvieran a quedar visibles. Gracias al trabajo de Grande de León, junto a la saya, se confeccionaron dos pecherines del mismo soporte: uno liso para ser cubierto por el pecherín, y el bordado, como así se ha dispuesto en los recientes cultos de septiembre. De este modo, se ha recuperado el aspecto de esta pieza textil completa, a modo de túnica, tal y como fue concebida.
Esta manera de vestir a las imágenes de las Dolorosas, con túnica, era la habitual en Osuna: así son las sayas, y así se sigue presentando, Nuestra Madre y Señora de los Dolores cada Viernes Santo; así está realizado el riquísimo terno de cultos de la Quinta Angustia y así se observa en las fotos antiguas de la Virgen de los Dolores de Jesús Caído y de la del Mayor Dolor.
Antonio Morón Carmona.
Licenciado en Historia.