Con la llegada de septiembre, mes ligado a la memoria de los Dolores Gloriosos de la Virgen, nuestra Hermandad se preparó para vivir unos días muy especiales junto a María Santísima de la Soledad.
Muchos fueron los hermanos, fieles y devotos que se acercaron a Ella, durante los días de besamanos. El domingo, celebramos Solemne Misa, bendiciendo un nuevo puñal para nuestra Madre, realizado por Joaquín Ossorio Martínez, fruto de la generosidad de un grupo de hermanos. Esta pieza vino a enriquecer el ajuar de la Virgen, así como el patrimonio de nuestra Hermandad.
La Virgen, en su advocación de la Soledad, recordó ese instante en el que acogió en su regazo el cuerpo sin vida de su Hijo. Fue un momento de dolor profundo, pero también de fe firme y esperanza en la Resurrección. Ante sus manos extendidas, todos depositaron sus súplicas, sus penas y también su gratitud.
La Hermandad, fiel a su tradición, renovó así su compromiso de caminar siempre junto a la Virgen, confiados en que Ella acompaña y guía a sus hijos en todo momento.
